El exdelantero del Celtic de Glasgow (Escocia), James Keatings, ha sido condenado a prisión tras declararse culpable de blanqueo de capitales. La sentencia de 13 meses y medio de cárcel subraya la gravedad de un delito que, en este caso, vinculó a un reconocido deportista con el crimen organizado.

 

Los hechos que llevaron a la condena

 

El caso se remonta al momento en que James Keatings, de 33 años, fue observado en una calle de Wishaw, North Lanarkshire, transfiriendo dos pesadas cajas llenas de dinero en efectivo de una furgoneta a otra. La posterior investigación forense fue determinante: los agentes encontraron sus huellas dactilares tanto en las cajas como en los billetes de banco, ascendiendo el total a casi 400.000 libras de origen criminal.

 

Keatings, que tuvo en Escocia una destacada carrera en clubes como el Celtic, Hearts y Hibernian, se declaró culpable de poseer y transferir bienes obtenidos mediante delitos, una infracción recogida en la Ley de los Productos del Delito de 2002.

 

El argumento de la defensa y la decisión judicial

 

Durante el proceso, el abogado del exfutbolista expuso que Keatings había aceptado mover el dinero a cambio de analgésicos, necesarios para tratar un dolor crónico de cadera que, según su defensa, había afectado la última etapa de su carrera profesional. Sin embargo, esta explicación no eximió al deportista de la gravedad de sus actos. El juez encargado del caso fue claro en su veredicto: la única pena apropiada era la de prisión, dada la seriedad del delito cometido.

 

Este caso sirve como un contundente recordatorio de que nadie está por encima de la ley. La condena de James Keatings demuestra que la participación en actividades criminales, como el blanqueo de capitales, tiene serias consecuencias legales, sin importar el estatus o la fama de la persona implicada.


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