Cuando un jugador amateur acude a un campo de golf va, entre otras razones, a disfrutar de una jornada agradable y divertida, con el objetivo de batirse a sí mismo y a los que juegan con él. Pero para que un campo de golf funcione y los servicios que ofrece sean lo más completos posible, muchos socios y directivos de las empresas que gestionan los campos de golf (administradores, directores, etc) y trabajadores (jardineros, marshalls, personal de caddie master, profesores, gestores, asesores, etc), se afanan en que la experiencia del golfista sea lo más excitante posible, sin perder el evidente objetivo de generar recursos económicos suficientes para el mantenimiento activo y sostenible del campo de golf y para, como toda empresa, obtener beneficios.

Para que todo lo anterior sea posible, las empresas que administran los campos de golf deben ser conscientes de los impactos económicos, sociales y medioambientales que generan los campos de golf en el entorno social y comunidades donde se ubican.

También deben ser conscientes de la necesidad de una gestión eficaz, implementando políticas de calidad, de mejora continua, de evaluación de riesgos, de control financiero, de prevención de riesgos penales y de gestión ambiental adecuada.

Igualmente, deben ser conscientes de mantener y, en la medida de lo posible, aumentar, su reputación e imagen corporativa, implantando altos estándares de calidad, ética y honestidad, con el seguimiento de las normas UNE 188001, ISO 9001 y 14001, específicas para el sector de los campos de golf.

Asimismo, deben ser conscientes de prevenir al máximo la comisión de delitos en el seno de las empresas que gestionan los campos de golf como consecuencia de dicha gestión y de reducir al máximo otros incumplimientos legales, en especial, los relativos al urbanismo, medioambiente y a la protección de datos.

Para cumplir con lo anterior, los programas de “compliance” o de cumplimiento normativo son esenciales y absolutamente recomendables, ya que gestionarán los riesgos existentes con impacto en la sociedad de manera eficaz y contundente; afianzarán una dirección efectiva de la empresa y una alta responsabilidad social, fortaleciendo el posicionamiento de la empresa, comprometiéndose con la protección del entorno, con el uso eficiente de los recursos naturales con un uso responsable del agua y una correcta gestión de residuos.

A mayor abundamiento, constituirán un valor fundamental a la hora de posicionarse en el sector y diferenciarse de la competencia, protegiéndose y fomentando uno de sus mayores activos empresariales, la imagen corporativa, lo que redundará en beneficio del deporte del golf cara a terceros; culminarán en que la empresa sea un buen ciudadano corporativo y los stakeholders sabrán y valorarán positivamente que la empresa establece modelos de negocio eficaces; reducirán el riesgo de que las empresas sean responsables penalmente por alguno de los delitos indicados en el Código penal para las personas jurídicas viéndose obligados al cumplimiento de graves penas y a soportar un impacto negativo en la imagen corporativa de la empresa, evitando así la imposición de sanciones pecuniarias u obligacionales graves que debilitarán, incluso acabarán, con los campos de golf.

Por ello, los programas completos y eficaces de compliance en empresas que gestionan campos de golf serán un valor que relanzarán los mismos, los harán más atractivos y seguro que atraerán a más jugadores.

Por: Ricardo Agud

Vía: www.lawandtrends.com

Audio: La Radio de Golf

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